Trini era una mujer en extremo atractiva, sofisticada, como aquellas de cabellos lacios “oxigenados” y figuras recién “siliconeadas”. Tenía físicamente más de lo necesario para asegurar la atención de cualquiera a quién quisiera conquistar. Sin embargo, quienes lograban conocerla comentaban que quedaban impactados por su liviandad, pero no de la liviandad de su delicado cuerpo, sino por una llamativa ligereza intelectual en materia de cultura general.
Trinidad proyectaba grotescamente la imagen de esa especie de personaje que flota por el mundo, aquellos que nunca llegaron a la página final de un libro o para hablar más en concreto de Trini, al prólogo.”
No tuvo opiniones sobre temas que para el resto eran relevantes pues nada le apasionaba, evadía las conversaciones de política escudándose en que le parecía perversa pero la verdad es que no tenía idea de lo que los conceptos capitalismo o comunismo significaban, para ella la izquierda o derecha eran puntos de referencia en el espacio y útiles para el manejo de autos, mientras la centro derecha de seguro se refería a la posición de un delantero de fútbol. De historia ni geografía investigó mucho, desde el colegio creía que Alejandro Magno fue primo hermano de Carlomagno y se confundía con la ubicación de Ankara y Praga en sus respectivos continentes a pesar de haber visitado dichas ciudades”.
De religión se confesaba agnóstica sin embargo no se sabía a ciencia cierta si conocía el significado de dicha palabra. De formación católica y con influencia del Islam por sus padres nunca supo nada de que se trataban ambas y de si existían más religiones o que es una religión. No le motivaba ni el deporte ni la literatura, ni la arquitectura o la pintura y menos aún la escultura, lo gótico era para ella era una tendencia de personas con amor al color negro y ni que decir del jónico y corinto. El Cubismo era para la Trini una forma geométrica muy parecida a un bloque de hielo y el Impresionismo una actitud bastante humana frente a un hombre atractivo…
Trinidad Gutiérrez, el personaje de esta breve narración, no es un caso verídico, es una personificación ficticia que sin embargo no está muy distante de sujetos que en alguna oportunidad nos hemos cruzado y que rápidamente nos han llamando la atención por la incomodidad que produce el descarado grado de desinformación que padecen.
La incultura está parada en la vereda del frente, al otro extremo y lejos de la cultura general. Se entiende por ésta a un conjunto de referencias básicas sobre un enorme abanico de tópicos correspondientes a las ramas del conocimiento que van desde lo más doméstico hasta lo especializado y que nos permiten adaptarnos al entorno con éxito.
A diferencia de la sabiduría, la cual en occidente se asocia a la profundización en una rama particular de la ciencia, el sujeto “culto” hace referencia a un bagaje de información genérica y muy diversa que tiene dos características claves: fue obtenida a través de la experiencia y/o aprendizaje y que se encuentra esquematizada, disponible en nuestra memoria.
Las personas que suelen estar bastante informadas lo han logrado gracias al desarrollo de hábitos que les han permitido estar en contacto con la actualidad y las distintas disciplinas del saber. En la parte II propongo ocho consejos que pueden ayudarnos a forjar dichos hábitos conducentes a la formación de una sólida estructura cultural y ciertamente mantenernos alejados de la superficialidad de los personajes frecuentados por la Trini Gutiérrez.
Trinidad proyectaba grotescamente la imagen de esa especie de personaje que flota por el mundo, aquellos que nunca llegaron a la página final de un libro o para hablar más en concreto de Trini, al prólogo.”
No tuvo opiniones sobre temas que para el resto eran relevantes pues nada le apasionaba, evadía las conversaciones de política escudándose en que le parecía perversa pero la verdad es que no tenía idea de lo que los conceptos capitalismo o comunismo significaban, para ella la izquierda o derecha eran puntos de referencia en el espacio y útiles para el manejo de autos, mientras la centro derecha de seguro se refería a la posición de un delantero de fútbol. De historia ni geografía investigó mucho, desde el colegio creía que Alejandro Magno fue primo hermano de Carlomagno y se confundía con la ubicación de Ankara y Praga en sus respectivos continentes a pesar de haber visitado dichas ciudades”.
De religión se confesaba agnóstica sin embargo no se sabía a ciencia cierta si conocía el significado de dicha palabra. De formación católica y con influencia del Islam por sus padres nunca supo nada de que se trataban ambas y de si existían más religiones o que es una religión. No le motivaba ni el deporte ni la literatura, ni la arquitectura o la pintura y menos aún la escultura, lo gótico era para ella era una tendencia de personas con amor al color negro y ni que decir del jónico y corinto. El Cubismo era para la Trini una forma geométrica muy parecida a un bloque de hielo y el Impresionismo una actitud bastante humana frente a un hombre atractivo…
Trinidad Gutiérrez, el personaje de esta breve narración, no es un caso verídico, es una personificación ficticia que sin embargo no está muy distante de sujetos que en alguna oportunidad nos hemos cruzado y que rápidamente nos han llamando la atención por la incomodidad que produce el descarado grado de desinformación que padecen.
La incultura está parada en la vereda del frente, al otro extremo y lejos de la cultura general. Se entiende por ésta a un conjunto de referencias básicas sobre un enorme abanico de tópicos correspondientes a las ramas del conocimiento que van desde lo más doméstico hasta lo especializado y que nos permiten adaptarnos al entorno con éxito.
A diferencia de la sabiduría, la cual en occidente se asocia a la profundización en una rama particular de la ciencia, el sujeto “culto” hace referencia a un bagaje de información genérica y muy diversa que tiene dos características claves: fue obtenida a través de la experiencia y/o aprendizaje y que se encuentra esquematizada, disponible en nuestra memoria.
Las personas que suelen estar bastante informadas lo han logrado gracias al desarrollo de hábitos que les han permitido estar en contacto con la actualidad y las distintas disciplinas del saber. En la parte II propongo ocho consejos que pueden ayudarnos a forjar dichos hábitos conducentes a la formación de una sólida estructura cultural y ciertamente mantenernos alejados de la superficialidad de los personajes frecuentados por la Trini Gutiérrez.
Continuación en Parte II. Ocho consejos para construir un esqueleto cultural.
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