Parte II: Los costos de la desinformación. Ocho consejos para construir un esqueleto cultural.

Antes de compartirles ocho pautas que podrían serviles como un aporte al fomento de la adquisición de información práctica (la cual podremos utilizar en adelante y que nuestros interlocutores nos van a agradecer), es hacerles mención en que la cultura general no descansa sobre la acumulación de conocimientos, está consiste en administrar lo que sirve y separar lo que no sirve según nuestra experiencia de vida. Debemos convertirnos en gestores de conocimiento, de tal manera que decidamos rápidamente que información es relevante y que otra debemos desechar. Un hombre culto debería ser aquel que sabe discriminar, seleccionar, esquematizar, sintetizar, evocar y contextualizar la información que lo rodea con el objetivo de darle sentido y canalizarla así en conductas de rápida adaptación a su contexto.

Teniendo en cuenta aquello, me permito lanzar las ocho viñetas prometidas:

1. Llega 15 minutos antes al trabajo. Utiliza ese tiempo para revisar la actualidad nacional e internacional en la prensa.
2. Cultiva la amistad de todos aquellos que consideres un aporte para tu vida, no porque es buena gente, pues todos somos buena gente por naturaleza, sino porque tiene algo que enseñarte sobre algo que ciertamente es de interés y aún desconoces.
3. Destina un presupuesto anual para adquisición de libros. Define un espacio dentro de tu casa donde puedas armar una biblioteca personal. No es coincidencia que los niños que han adquirido desarrollados hábitos de lectura provienen en su mayoría de hogares donde sus padres tiene bibliotecas de más de 300 ejemplares. Se recomienda armar una lista anual de los temas, autores y editoriales a comprar. Aprovecha las vacaciones para conseguirlos y obviamente hojearlos. Invierte treinta minutos diarios de lectura o tres horas semanales.
4. Destina un presupuesto anual para viajes, de preferencia a ciudades históricas o relevantes para nuestra civilización. Estudia sobre ellas antes de llegar a destino.
Visita los lugares con un pasado latente, palpa la actividad cultural de la ciudad que te está tocando conocer, habla con la gente en la calles, en el metro, interroga transeúntes, suma amigos en los bares, entrevista taxistas, etc. Aprovecha el viaje para iniciar el interés en el estudio de un tercer idioma.
5. Inscríbete a grupos culturales en tu club, comuna o trabajo pues a través de ellos podrás llegar a compartir información sobre las actividades de teatro, fotografía, espectáculos deportivos, galerías de arte, librerías, cines, etc, que se estén programando en tu ciudad.
6. Asiste a cuanto evento te inviten sobre un tema en particular, por ejemplo una exposición de pintura o incluso una corrida de toros, pues es una excelente manera de conocer gente de la cual se puede aprender sobre arte o tauromaquia, por último vas a disfrutar de una conversación interesante de un tópico que aún no manejas mucho.
7. Incentiva tu curiosidad, día a día aparece algo nuevo ante nosotros, averigua su origen, investiga, observa, pregunta sin parar, aprende. No pierdas ese instinto que nos llevaba de niño a meter los dedos en los enchufes.
8. Y por último, fomenta la cultura en la gente que te rodea, no sólo regales libros sino cuéntales una reseña de su autor, no te limites a ofrecer vino, coméntales también sobre la historia del viñedo, no te quedes en la invitación al cine, narra incluso el contexto histórico en el que se desarrolló la trama, así como nunca ofrezcas llevar a alguien al estadio sin empalagarlo antes, en la tradición de tu equipo.

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