Parte I. Primera piedra. Diseño del Proyecto de Vida.


Los críticos de la gestión personal disparan sus dardos argumentando que el presente, único momento que nos pertenece, no puede ser mal gastado en temas tan poco prácticos como planificar una vida. Para ellos todo tipo de estructura o disciplina que busque organizar los proyectos de largo aliento solo adicionan rigidez y dinamitan la esencia libre del hombre, atentando contra la creatividad, la innovación personal y finalmente restando los beneficios que otorgan el azar y los giros inesperados del destino.

Es un bonito discurso para estudiante de letras en el primer año de universidad, sin embargo la realidad muestra que los sujetos que no tienen una clara administración de vida orientada al largo plazo están más propensos a “angustias existenciales” o a “frustrantes búsquedas de sentido”.

¿Quiénes son? Fácil, pues te cruzas a menudo con ellos y los reconoces con simpleza dado que en alguna oportunidad les habrás dicho que “no sabes donde estás parado” o “no entiendes ni para donde va la micro” o “no tienes idea de que hacer con tu vida”, tres formas diplomáticas para evitar decirle que es un pobre infeliz. Y esto último es literal pues son todos aquellos que pasan más del 50% de su día sin la alegría de degustar el momento presente, sea donde se encuentren, dedicando la mayor parte del tiempo a los dos sentimientos más inmovilizantes que existen, la culpabilidad referida al pasado y la preocupación referida al futuro.

Vale aclarar entonces que armar un plan o proyecto de vida no se contrapone con la destreza de vivir el momento o la facilidad para disfrutar el aquí y ahora. Menos aún se contradice con la flexibilidad y espontaneidad que le dan ese necesario ingrediente de incertidumbre al instante presente.

Para disfrutar el viaje necesitamos tener la certeza de cual es nuestro puerto de destino y por supuesto cual es la ruta para llegar a él. ¿De lo contrario como saber el momento de levantar las velas? ¿Como identificar si la brisa que nos refresca la cara son vientos favorables que inflarán nuestras velas en ruta hacia la autorrealización? ¿Cómo descifrarlo si no existe sendero y peor aún, un lugar de arribo en agenda?

No pretendo a través del blog mostrar el enorme mundo práctico y conceptual detrás de la administración personal, pues escrito hay mucho y experiencias de vida también las hay buenas y malas. Sin embargo, al describir tips y ejemplos concretos podremos ofrecer una imagen aproximada de los beneficios que se obtienen para el estado de ánimo, autoestima y los sentimientos de autorrealización gracias a contar con una brújula interior. Por lo menos eso intentaremos.

Santiago, Febrero 2008.

Ir a Parte II. Cimientos para armar un Proyecto de Vida. (Disponible primera semana de Marzo).

1 comentario:

Anónimo dijo...

Con ansias espero esa segunda parte.
Agradecido, Ric.