Derroche y excesos en Punta del Este


¡Logró adivinar!, la ruleta frenó con delicada lentitud posándose la bolilla en el número buscado para así regalarle el placer del afortunado azar. Su grito triunfal retumbó en el enorme salón del casino del hotel Conrad de Punta del Este, era una noche veraniega exitosa y Pocho Medina, camisa de marca italiana desabotonada y cadena de oro al pecho se veía de pronto rodeado por los nuevos amigos que consigue la acumulación rápida dólares.

El estilo de vida del Pocho estaba marcado por los viajes a los balnearios más “taquilleros” del cono sur, autos deportivos, cenas en lujosos hoteles y vuelos en primera clase, siempre rodeado de mujeres exuberantes y finos tragos europeos. En Lima, su ciudad natal, era recordado por invitar escocés añejo a los esporádicos conocidos o compañeros de fiesta que se le cruzaran en sus expediciones nocturnas.

Pero había un gran problema, algo andaba mal en sus finanzas personales pues no encajaba su estilo de vida con su oficio, pues profesional no era. Se dedicaba a la compra y venta de autos usados por lo cual obtenía ingresos que fluctuaban los dos mil quinientos dólares mensuales. ¿Cómo es que podía costear los ostentosos viajes?

Pocho Medina cometería errores garrafales en la administración de sus ingresos, sin ahorros ni inversiones en educación o bienes hipotecarios, el 80% de su flujo mensual estaba destinado para el pago de las cuotas producto de préstamos y mensualidades de tarjetas de crédito sobregiradas.

¿En que falló Medina? La respuesta estaría en el estudio de las finanzas personales, que no son lógica común como Pocho podría pensar, pues esta incluye conocimientos que van desde sofisticados instrumentos de inversión, financiamiento, impuestos, salud, seguros, vivienda, automóviles hasta nociones de emprendimiento empresarial.

De esos tópicos está compuesta la rama de este blog llamada “Finanzas Personales”, dedicada a la inteligente administración de nuestros activos y pasivos. Con situaciones cotidianas se darán consejos prácticos y concretos para evitar caer en el despilfarro, la ostentación y por ende en la bancarrota. La prudencia y austeridad serán los faros de guía.

Sobre este último tema, les cuento que Pochito Medina actualmente trabaja en la barra de un bar nocturno en Ámsterdam, Holanda. Presionado por las deudas contraídas con sus amigos y el sistema financiero, este se vería asfixiado quedándole una única alternativa, el autoexilio como último manotazo de ahogado.

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