Reflexión cruzando la pampa seca. Parte 1.

El ala del airbus se estiraba con violenta intermitencia de arriba hacia abajo mostrando una agilidad y flexibilidad aerodinámicas inquietantes, probablemente inspiradas en la perfección del diseño de un alcatraz en plena caída libre. El aumento en el rugir de las turbinas junto a la sensación de vacío en el estómago delataban las abruptas aceleraciones del avión. Instintivamente quise pararme rumbo al pasillo, pero pronto la aeromoza me indicaba con un veloz gesto la señal de “cinturones abrochados”, mientras que con una sensual mímica de labios decía en silenciosa y perfecta vocalización, “cruce de cordillera”.

Miré hacia atrás en busca de rostros de nerviosismo pero sólo encontré gente leyendo, conversando con tranquilidad o bebiendo algo sorteando los vaivenes de la tempestad cordillerana que amenazaba con derramar los vasos del café. Giré mi rostro hacia la religiosa sentada a mi izquierda, contigua al pasillo y percibí que no rezaba a pesar de llevar un rosario de madera enredado entre sus pálidos y vírgenes dedos, confirmándome con ello, que tan solo estábamos sumergidos en una turbulencia rutinaria.

Busqué conversación con mi compañera de asiento derecho, pero ella observaba sin expresión a través de la ventanilla a los intimidantes picos nevados. "¡Qué bárbaro!" exclamó empujando el respaldar hacia atrás, recostándose ante las inesperadas sacudidas del avión. “Mirá que pareciereeee..., que el capitán sufre de una opresión testicular” agregó con relajo. La monja empezó a rezar.

* * *

Era una mañana templada en Pudahuel, el vuelo se encontraba dentro del horario programado y sólo estábamos a la espera de los últimos pasajeros, de esos que llegan tarde a todo y sin remordimientos. Las cinco a seis filas que rodeaban mi asiento estaban copadas por una congregación religiosa, bastante silenciosa pues ninguna de ellas hablaba. Días después aprendería, que la historia de la cuidad de Córdoba, el destino de ese viaje, estaba ligado fuertemente al desarrollo de misiones religiosas en los siglos pasados.

Aún quedaba libre el asiento de mi derecha, la codiciada ventanilla por ser un día despejado y con buena visibilidad, pero mis planes de tomar posición sobre él se cortaron de improviso y con bizarra sorpresa.

“¡Disculpáme!, ¿me dejás pasar?” Preguntó con mirada somnolienta, sonriendo y mordiéndose el labio inferior con extrema coquetería.

La imagen de Kiara se encontraba muy lejos de aquella mujer argentina que deslumbró construyendo con esmerado profesionalismo, exaltadas imágenes en las memorias cómplices de los invitados a la despedida de soltero de un buen amigo meses atrás. Aquella Kiara que con sus danzas sensuales y movimientos abdominales perseverantemente ensayados gracias a la creciente demanda por sus servicios, hizo naufragar en tempestades peligrosas hasta a los más serios hombres de familia y tentar con caer en los despeñaderos del despilfarro a los solteros más mesurados en sus finanzas personales.

A diferencia de aquel recuerdo intruso me que entretuvo antes del despegue, esa mañana ella se veía vulnerable y desaliñada, con el rostro reflejando deudas de sueño y excesos de caricias falsas, de esas transaccionales, lapidariamente furtivas. La imagen de una juventud lanzada al acantilado que provocó en mí una insípida sensación de lástima, de las que se mezclan con tristeza e injusticia en busca de responsables por tantos futuros sin proyección.

Ya no era la mujer segura, fuerte y controladora que alimentada su autoestima gracias a una docena de personajes diversos, espectadores atrincherados en el anonimato que brinda el camuflaje de la oscuridad, regalándole frases de admiración con aditivos de euforia ante cada inimaginable contorsión de tórax. Había perdido su liderazgo desinhibido, como si la luz del día marchitara su talento y sesgara de a pocos, su impactante belleza exterior.

De un momento a otro, tuve claridad. Me encontraba cruzando Los Andes con dos cordobesas, una monja a mi izquierda que me observaba pero no hablaba y una mujer de la noche a mi derecha, un reo de nocturnidad, la cual irónicamente habíamos contratado para una despedida de soltero un mes atrás

* * *

“¿Se van a servir algo más?” Se acercó la aeromoza con un acento que identifiqué como familiar.
Desde mi izquierda solo recibió un susurro de Padre Nuestro y por parte de Kiara un movimiento de cabeza en señal de negativa.
“Señorita, la verdad, que otra cerveza me haría sentir bastante bien”, le dije aprovechando mi turno.
“Pero, ¡son las once de la mañana!” exclamó la pequeña morena.
Mira Carmencita, para serle sincero, con mi país tenemos dos horas de diferencia” repliqué batiendo la lata sin contenido, observando la identificación de su uniforme.
“Efectivamente, pero en Lima son las nueve de la mañana” respondió con la lúdica complicidad de haber identificado, que también era limeño al igual que ella.
“Che, ¿pero vos estás loco? ¡te nos vas a emborrachar querido!” dijo la cordobesa entrometiéndose, invadiendo mi espacio con mirada fija, entre cerrando los párpados y pasando al mismo tiempo la lengua por su labio inferior, como gestos provenientes del purgatorio.

“Carmencita por favor, ¡la cerveza!” reclamé intentando escapar del embate, invadiendo a su vez, el espacio de la religiosa y sus votos de silencio.

Lorca, Santiago de Chile, julio 2009

Continuación, Reflexión cruzando la pampa seca. 2009.

Finanzas personales: Gestión de Gastos en zona de turbulencia.


Desde la fase más crítica de la crisis económica mundial en octubre pasado, la gran mayoría de empresas han optado por dar una mirada a sus costos u optimizar sus procesos. Antes de llegar a decisiones drásticas como reducir operaciones y por ende desvincular personal, los departamentos de administración y recursos humanos brindan su mejor aporte en épocas de crisis, apoyando en la reducción de gastos corporativos sin impactar en la calidad de vida y trabajo de los empleados.

En línea con el mundo empresarial, las personas naturales o núcleos familiares también pueden replicar dichos ejercicios de ajuste presupuestario, a nivel de las finanzas personales.
Por ser un tema vigente debido al freno de la economía, considero oportuno plantear una serie de observaciones y sugerencias para desarrollar una visión más conservadora en el manejo de la billetera personal.

Tendremos en cuenta como contexto a dichas sugerencias, el ejemplo de una persona o núcleo familiar con economía sana, entendiendo por finanzas saludables a la situación económica sin deudas (aquí no consideraremos por deuda los créditos hipotecarios), y con reservas e inversiones suficientes para vivir 6 meses ante la pérdida abrupta del flujo de ingresos (empleo).

Ante una economía personal irresponsable, pues el único consejo válido es renegociar deuda y no volver a contraer compromisos o créditos a futuro.

Optimizar el consumo actual.

Una superficial mirada a los distintos componentes de un presupuesto personal, nos lleva con claridad a tres ámbitos en donde se hace relevante un estudio de mercado o una nueva búsqueda de cotizaciones para maximizar beneficios.

1. El seguro de vida y accidentes. Consulte a su ejecutivo de cuentas. Por ejemplo, puede encontrar que tiene contratado dos seguros catastróficos, uno a través de su seguro privado y el otro como parte del plan colectivo contratado por su empresa. Cancele la cobertura catastrófica de uno, ello le dará banda de negociación para mejorar las condiciones ambulatorias y hospitalarias del mismo, lográndolo incluso, con menor inversión.

2. Temas tributarios. Estudie los aspectos relacionados con el pago de impuestos y la ley tributaria de su país. Encontrará una serie de posibilidades que le permitirán legítimamente llevar más porcentaje de dinero a su bolsillo que al del fisco. Por ejemplo, asesorarse en la declaración de los impuestos generados por las utilidades de sus inversiones en fondos mutuos y acciones, así como por los abonos en ahorros previsionales. (En el caso que estén implementados en su país)

3. Crédito Hipotecario. Ya es una tendencia marcada la caída en las tasas de interés de los créditos para vivienda debido al freno en la adquisición de estos. Esta oportunidad no es solo para los interesados en comprar un inmueble, sino implica la posibilidad de renegociar y buscar mejores condiciones a créditos obtenidos en el pasado. Negocie una nueva tasa.

Identificar y moderar fugas de capital.


1. Tarjeta de Crédito: Es el producto bancario, que al utilizarse con irresponsabilidad (o ignorancia) se convierte en el mayor responsable de fugas en el presupuesto personal.
La tarjeta de crédito debe usarse como medio práctico de pago (dinero plástico), pero nunca como línea de crédito, a menos que sea una emergencia.

2. Viajes: Reduzca la frecuencia de viajes, o escoja destinos cercanos o por último, baje una estrella al alojamiento.

3. Restaurantes: Evite salidas a comer en días laborales, afectan la digestión y el sueño, impactan en la productividad del día siguiente y claro está, inquietan la billetera. A cambio, invierta dichos espacios en deporte.

4. Ropa y Calzado: Si ha reducido los puntos anteriores y aún considera que el gasto sigue alto, frene el consumo en este rubro. Si no lo consideras necesario, pues no escatimemos en vestir bien.

La administración de las finanzas personales, en principio, se deben mover según nuestros objetivos de largo plazo, pero también, como en esta oportunidad, a la par con los contextos macroeconómicos. Ahorre, asesórese e invierta.

Deseabilidad Social ¿La trampa de lo conocido o la tentación de lo predecible?


Unas ráfagas cálidas llegadas desde el caribe amortiguaban el bullicio producido por enjambres de taxis revoloteando por Altamira. La ausencia notoria de palomas, tan comunes en nuestras plazas y la poca cantidad de niños en lúdicos griteríos, terminaban por matizar de un marco insípido, casi nostálgico a esa solitaria tarde caraqueña.

Con la cabeza inclinada hacia abajo en posición reflexiva, Matías se deshidratada en una de las antiguas banquetas que adornan la plaza Francia, buscando protección en la delgada sombra que le ofrecía ese obelisco silencioso, espigada construcción que no le respondía a sus desesperados cuestionamientos.
Manos en las orejas, sudor y la extraña sensación de haber llegado a los 30 años y de pronto, violento tropiezo de espaldas hacia el vacío. Aquella caída libre que genera vértigo en la garganta y sequedad en el amor propio por la vergüenza de saber, que se cometieron una cadena de errores que pudieron evitarse.

Matías era una víctima más de aquella jaula que atrapa a personalidades poco curiosas, con aversión a los cambios y dinamitadas de inseguridades ante lo novedoso e incluso, desconocido.
Una tentación que nos coquetea a todos hacia el encierro, aquella de seguir a lo predecible evitando así la incertidumbre que brinda forzar nuestro destino hacia la brisa que regalan los peligrosos despeñaderos del riesgo no calculado.

Esa tarde de 35 grados en la plaza, el balance de sus 30 años era para producir sollozos hasta en los más fieros espartanos. Ya acumulaba en su joven espalda a una ex esposa, de aquellas que se conocen en la época universitaria, claro está, en la misma universidad en donde los compañeros de colegio postularon también por inercia o moda. Una carrera profesional, la cual nunca generó satisfacciones personales, pues es de aquellas que uno escoge siguiendo la elección de la mayoría alrededor y no por vocación.
Y finalmente, la acidez de frustración que le producía no haber vivido fuera de su pequeño Caracas natal, automutilándose de vivenciar otras realidades, quedando relegado a una mirada del mundo parcial o regionalista.

Seguir al colectivo o al referente social que nos rodea es positivo hasta cierto límite, pues es un soporte emocional y brinda la satisfacción de necesidades básicas como la pertenencia y la fliliación al compartir desde costumbres, valores y creencias hasta la educación, barrio de residencia o sector socioeconómico.

Sin embargo, llegar a los extremos de Matías, en donde sus elecciones más importantes fueron guiadas mas por deseabilidad social que por intereses personales, podrían ser evitables. La clave estaría en reconocer conscientemente la existencia de esta fuerza, que cual gravedad, nos impone correr junto a nuestra jauría. Tener identificado dicho sesgo y buscar aminorar sus peligros abriéndonos a un agregado mayor de personas y por ende ciudades, posturas y creencias, podría ser un camino válido.

Hoy Matías no está tarde, ahora continúa disfrutando de la fauna costarricense luego de decidir ampliar su mirada y recorrer Centroamérica por tierra. Tal vez se convirtió en el zorro de la imagen de este texto, camuflado entre una jauría hipnotizada. Aparentemente, el obelisco de Altamira, le habría sugerido algo en aquel atardecer venezolano.

Gestionarse a sí mismo en el mundo laboral. Peter F.Drucker.


Peter Drucker (Austria), fue uno de los autores más influyentes en temas de liderazgo y management en el siglo pasado. En un extenso artículo publicado en la revista Harvard Business Review (enero 2005, meses antes de su fallecimiento), nos comparte su sólida postura sobre los aspectos en donde los ejecutivos deben profundizar su conocimiento sobre si mismos. El objetivo de aquello, la búsqueda de una administración personal exitosa dentro del inestable mundo organizacional.

Drucker considera como prioritarios, el ejercicio de introspección y posterior autoconocimiento dentro de las siguientes áreas del desarrollo humano.
En resumen y a modo de pregunta, estas serían:

1. ¿Cuáles son mis fortalezas en el trabajo?
2. ¿Cómo mi personalidad se ve reflejada en mi estilo de trabajo?
3. ¿Cómo aprendo?
4. ¿Cuáles son mis valores personales?
5. ¿En donde encajaría dentro de la organización?
6. ¿Cómo me relaciono?

Trabajar las fortalezas:

El autor austriaco no le otorga mayor relevancia a la identificación y trabajo de mejora sobre nuestras debilidades o aspectos en donde no somos talentosos.
Todo lo contrario, la clave estaría en potenciar nuestras armas. Esta postura es compartida por corrientes como la Indagación Apreciativa de Cooperrider, la Psicología Positiva de Seligman y recientemente el enfoque del Liderazgo Apreciativo. Todas ellas, al igual que Drucker, sostienen que los esfuerzos se deben concentrar en nuestras potencialidades, o en palabras del mismo autor
“uno no debería gastar ni el mínimo esfuerzo en mejorar áreas de baja competencia”.
El método más potente para la identificación de las fortalezas es la retroalimentación. Esta es intensamente fomentada en las empresas a través de la gestión del desempeño y consiste en buscar el feedback de nuestros jefes, compañeros y clientes internos sobre nuestro rendimiento laboral y estilos de relación, durante varias instancias anuales previamente programadas.
La información que recibimos de regreso sobre nosotros mismos es crucial para determinar las brechas entre el desempeño que deseamos y el actual.

Estilo de Trabajo:

Drucker considera que hay tantos estilos de trabajo como personas en el mundo laboral. Aconseja identificar cuales son las conductas que caracterizan nuestro desempeño laboral y que nos hacen únicos. Estas conductas no solo están relacionadas a las funciones, sino incluso a las relaciones interpersonales.
El estilo de trabajo vendría a ser la extensión de los rasgos de personalidad aplicados al mundo empresarial.

Aprendizaje:

La psicología del aprendizaje es la ciencia que durante más de medio siglo investigó e identificó los estilos cognoscitivos en que la gente adquiere y da sentido a la información del medio, en otros palabras aprende. Conocer si aprendemos a mayor velocidad y profundidad, por ejemplo observando, experimentando o tal vez leyendo o escuchando es vital antes de emprender objetivos propios en el ámbito laboral. Este conocimiento nos dará las pautas de cómo abordar las tareas o funciones que nos llevarán al cumplimiento de objetivos.

Valores:

La formación o adquisición de los valores que nos guían como individuos, se van a ir desarrollando tempranamente durante la etapa de adolescencia, periodo que los psicólogos estudian a través de las fases del desarrollo moral.
Esta estructura de valores personal debe ser compatible con las organizaciones en las que uno decide desempeñarse. Por ejemplo, una persona que está en contra del consumo de tabaco por la mortalidad que esta produce, difícilmente se sentirá cómodo trabajando en una firma tabacalera. O utilizando un ejemplo reciente, muchos de los ejecutivos que hoy trabajan en la industria farmacéutica chilena, pueden estar experimentando un dilema ético al destaparse el potencial caso de colusión que acapara las primeras planas de la prensa. Se produce un choque entre los valores de la persona y los de la organización.

Mi lugar:

Una vez que se tiene claro cuales son las fortalezas, el estilo de trabajo, la estrategia de aprendizaje predominante y los valores rectores, estamos en mejor posición para determinar cual es el lugar indicado para uno dentro de una organización.
En otras palabras, definir donde podría realizar mi mayor aporte y gracias a ello, guiar el desarrollo de mi carrera profesional. Hay que aclarar que el desarrollo profesional de las personas dentro de la empresa es responsabilidad del empleado, en donde el departamento de Recursos Humanos cumple un papel orientador y secundario, limitándose a brindar las herramientas que faciliten el crecimiento del individuo. Dado esto, un empleado que hoy no tiene claro su propio FODA laboral, está perdido en el mundo empresarial y por ende, vulnerable a los vaivenes del mercado.

Relaciones interpersonales.

El último aspecto que el autor resalta, es el nivel de inteligencia emocional o capacidad para relacionarse productivamente dentro de la empresa. Este buen nivel de relaciones, marca una clara diferencia en aspectos como el trabajo en equipo y la asertividad en las comunicaciones. Las personas poco constructivas o que no agregan valor a través de un liderazgo y compañerismo motivador, vendrían a ser el reflejo perfecto de la ausencia parcial o total de un ejercicio de introspección o reflexión periódico sobre el propio desempeño.

Drucker nos regala estas pautas, que aparentemente son del sentido común, o por lo menos en apariencia. Sin embargo, en el mundo organizacional es más común encontrarse con personas disconformes con su vida laboral que con aquellas que gracias a un buen trabajo de gestión personal se sienten poseedoras del control de su carrera profesional.

Las verdades y errores de Kiyosaki. Padre Rico Padre Pobre


Robert Kiyosaki se convierte en uno de los autores más leídos (y controvertidos) sobre finanzas personales gracias a “Padre Rico Padre Pobre” (2000, Editorial Warner Brooks), el primero de una serie de libros que buscan derribar los mitos con que los padres educan a sus hijos respecto al dinero.

La controversia generada por su planteamiento radica en la comparación entre dos miradas o posiciones respecto al dinero o la administración financiera personal. Una mentalidad característica de la clase media y otra distintiva de las clases altas. Detalla el porque en las clases medias se trabaja por dinero y en los sectores acomodados es el dinero quien trabaja para uno.

Dice: “Mientras crecía, tuve dos padres: uno era profesor muy bien formado, con un doctorado (el padre pobre) y, el otro, nunca finalizó la secundaria (padre rico). Ambos tenían visiones enfrentadas sobre el dinero. Uno decía: No puedo pagarlo, mientras que el otro preguntaba ¿cómo puedo pagarlo?"

A su juicio y en mi interpretación:

“Las personas pobres gastan cada dólar que obtienen en subsistencia, la mentalidad de la clase media utiliza su sueldo (flujo) para la obtención del crédito que le permita comprar bienes, generando deuda e intereses. En cambio, la aptitud, destreza y conocimiento sobre inteligencia financiera presentes en las personas que han logrado riqueza, utilizan el flujo para construir y alimentar una columna de activos, liquidez que es invertida. Las utilidades de esas inversiones son las que compran las casas, autos u otros bienes, a diferencia de la mentalidad de clase media, la cual se inclina instintivamente por el endeudamiento.”

En otras palabras, un profesional con mentalidad de clase media comprará un bien (auto, departamento) con el sudor de su frente (los primeros ahorros), en cambio el que desarrolló las habilidades características de la clase alta en cuando al dinero, demorará mucho más, pero adquirirá los mismos bienes con el sudor de su columna de activos (liquidez) y no de su frente. (Aquí la clave del círculo del endeudamiento de la clase media y el círculo virtuoso de las clases altas)

El planteamiento de Kiyosaki busca demostrar que la acumulación de activos no va de la mano con la cantidad de flujo o dinero que uno gane, sino con el grado de inteligencia financiera, creatividad y aptitudes emprendedoras de las personas para hacer trabajar al dinero.

“La riqueza no tiene que ver tanto con el nivel de ingresos, sino con el patrón de gastos. Hasta personas con altos ingresos pueden quebrar fácilmente. Por lo general la gente que gana la lotería, regresa al punto en el que estaban en unos años.

Error en la postura desde mi perspectiva:
Kiyosaki no tiene la menor noción sobre Motivación Humana.

Kiyosaki da por hecho que la motivación máxima del ser humano es la acumulación de riqueza. Pasó por alto desde Maslow y su elemental pirámide de necesidades, hasta Schein y las anclas de carrera. (En esta se identifican distintas motivaciones de las personas, como el desarrollo profesional, reconocimiento, poder, independencia, seguridad y estabilidad, creación e innovación, desafíos o simplemente una causa social no lucrativa).

Aciertos del planteamiento desde mi perspectiva:
Los lapidarios mitos de la clase media: El techo propio, la seguridad del trabajo estable y la confusión entre activo y pasivo.

El autor identifica patrones o estructuras mentales respecto al manejo del dinero. Considera que la mentalidad característica de la clase media comente el grave error de no saber interpretar que es un activo y un pasivo. Para ellos, comprar una casa o un auto son adquirir activos, para las clases altas en cambio, ambas son un pasivo por una razón simple, activo es todo lo que hace ingresar dinero al bolsillo. Una casa o auto sacan dinero del bolsillo (cuotas hipotecarias, impuestos, seguros) y lo más dramático, hacen perder la liquidez de las personas reemplazándola por deuda.

“Los activos producen dinero (acciones, bonos, inversiones), los pasivos se los comen (propiedades, autos, seguros, mantenimientos, impuestos, préstamos)”

“Mientras que los ricos se enfocan en incrementar sus activos, el resto se enfoca en aumentar sus ingresos. Pero los gastos y los pasivos aumentan a la par de los ingresos. La mayoría de la gente sale corriendo a comprar: bienes de consumo caros, sistemas caseros de entretenimiento, ropa y vacaciones tan pronto como pueden. En cambio, los ricos retrasan todo esto hasta que no cuentan con una cartera de activos que les asegure ingresos estables.

Agrega que la clase media es educada privilegiando la estabilidad y seguridad que brinda un trabajo fijo a largo plazo, por sobre los riesgos que implica el emprendimiento y la creatividad de los negocios.

Cuando Kiyosaki se refiere al emprendimiento por sobre la búsqueda del salario estable, no sugiere renunciar a la fuente de ingreso para ser independiente, considera que un trabajador dependiente puede seguir siéndolo sin problemas, la clave radica en como administra sus ahorros o excedentes, de tal forma que llegue el momento en que sus ingresos por inversiones igualen o superen a su salario dependiente. En pocas palabras habrá comprado su libertad financiera.

Finalmente, el autor nos brinda una serie de pautas para despertar el genio financiero de las personas:

- Elija un gran sueño ( se refiere a la visión y misión que desarrollamos en este blog)
- Utilice el poder de elegir. Ej. en vez de ver televisión estudie planificación financiera o introducción a la tributación.
- Elija sus amigos con sumo cuidado.
- Manténgase aprendiendo.
- Páguese usted mismo primero. Deje al resto para después evitando exceder los plazos acordados.
- Busca buenos asesores de finanzas personales. No consejos sino especialistas y págales bien.
- Invierta sus ahorros en activos, no en lujos para alimentar las apariencias.
- Busque inspiración en personajes que hayan logrados cosas admirables.
- Enseñe y recibirá.


Si has logrado juntar tus primeros diez mil dólares, ¿estás seguro de quererlos gastar en la cuota inicial de tu departamento propio? ¿Aún estás seguro que quieres ese auto del año? La sugerencia es invierte hoy, alquila o arrienda y usa el transporte público hasta contar con una columna de activos sobre bases sólidas.

La controversia está sobre la mesa.

La gestión personal en doce meses


Las detonaciones alentaban una catarsis generalizada y contagiosa para los miles de espectadores, el cielo del litoral resplandecía con sincrónica intermitencia desde el puerto de Valparaíso hasta los tímidos espigones que se escondían tras la irregular geografía de Con Con.

Un fogonazo agresivo iluminó la bahía seguido de un estruendo motivador, de aquellos que embravecen hasta el alma más pasiva. Los gritos provenían de toda la playa como una respuesta instintiva al zumbido de los petardos en ascenso, una masa de personas me rodeaban ovacionado el espectáculo pirotécnico más importante del continente mientras se zambullían en sus propias reflexiones, admirando el firmamento humeante que recibía el 2009.

¿Por qué motivos, deseos u objetivos le gritan al viento? ¿Qué los mueve a secar la garganta y forzar los pulmones? ¿Qué secreta victoria celebran o de cual dolorosa derrota se desahogan?

Algunos celebrarían por los logros del año que se va, brindando por la despedida de un 2008 exitoso, el balance positivo de lo hecho da para no escatimar en champaña y abrazos. Otros, miran hacia el futuro y dan la bienvenida a una nueva oportunidad de superar los proyectos pasados inconclusos, energizados por un nuevo inicio, motivados por la oportunidad de partir desde cero que nos regala el destino.

Sin importar el motivo, todos nos encontrábamos ante dos realidades en esa noche viñamarina, disfrutábamos con adrenalina de los abruptos destellos del horizonte mientras cerrábamos simbólicamente un ciclo, a la vez que iniciábamos uno nuevo sin intervalos o entre tiempos.

De la misma forma como sucede en el mundo organizacional, la gestión de uno mismo se organiza mejor por practicidad en ciclos o periodos anuales, sea que estos tengan como hito de inicio y fin el año nuevo, el cumpleaños o alguna fecha de fuerte simbolismo personal.

Estas fechas hito deben ser aprovechadas para evaluar y reflexionar sobre los proyectos y objetivos planteados doce meses atrás, verificar con objetividad las fortalezas que fueron potenciadas y las debilidades que lograron o no canalizarse hacia emociones y conductas constructivas. Es aquí donde se decide continuar por el mismo rumbo, realizar algunas modificaciones o incluso llegar a los extremos de modificar la misión de vida, pues nunca se es tarde para ello.

Como no podemos dedicar la vida a planificar, evaluar y monitorear el avance de nuestros planes y metas que nos guían a lograr nuestra visión de vida, (dado que de hacerlo podríamos reducir esa vital incertidumbre y espontaneidad que nos brinda el vivir el momento presente sin estructuras), si debemos reservar tiempo para ese necesario ejercicio de introspección en estas celebraciones de fin de año, asegurándonos así la planificación anual de los objetivos personales.

Por lo tanto, ¡no te limites a levantar la copa!, tómate el tiempo para replantear lo que no suma al proyecto de vida personal, a desafiar nuestros modelos mentales que ocultan camuflados prejuicios que nos limitan como observadores de nuestro entorno, distorsionándolo.

Estas fechas aprovéchalas para renovar el compromiso con nuestras metas y aspiraciones, para retomar la pasión y la fuerza que son necesarias en el disfrute de lo que todos tenemos como fin último: ser felices en el instante presente, en el aquí y el ahora.