Generación, administración y mantenimiento de la red de apoyo personal. Parte II.


En la primera sección de este tema se dejó en claro que la formación de una red de contactos tiene un cimiento que está en la base de la estructura del ser humano que goza de buena salud psicológica. Este se refiere al deseo y necesidad innata de compartir en sociedad. En otras palabras, tener como principal entretención el cultivo de la amistad.

Teniendo en cuenta ello, la parte II del texto advertirá sobre dos de los principales enemigos conocidos de la socialización, finalizando con la propuesta de diez pautas útiles en la efectiva administración de contactos.

El “no tengo tiempo” y el “ostracismo”.

La mala administración del tiempo no solo tiene un impacto lapidario en el equilibrio vida – trabajo y por ende en los niveles de estrés, sino que incluso deteriora nuestra capacidad de desarrollar saludables relaciones así como un red de contactos de calidad. El día consta de 24 horas de las cuales aproximadamente 7 son de sueño, las 17 restantes de vigilia deberían ser más que suficientes para cumplir con nuestros distintos roles sociales. Jamás justifiques con un “no tengo tiempo” la torpeza de no frecuentar a tus conocidos. Empieza por organizar mejor tu agenda.

También debemos evitar el aislamiento del mundo social, es frecuente que uno tienda a construir una “casa en el árbol” de forma inconsciente con la familia y amigos cercanos, olvidando que la vida social está compuesta por un gran número de personas afines a nuestros intereses y que viven incluso en nuestra ciudad. No confundas sentirte bien con tu estrecho círculo de 30 personas con una vida social satisfactoria.

Decálogo para la generación, administración y mantenimiento de una red de contactos:

Generar instancias:

1. Dedica dos horas semanales para asistir a eventos de tu interés, sean estos de arte, deportivos, culturales, laborales. Comparte con los asistentes tus inquietudes.
2. Evita cancelar invitaciones en donde no conozcas a la mayoría de los participantes. Por lógica, esos son los contextos ideales. Cuanto más desconocidos, mejor.
3. Aprovecha tus vacaciones para visitar las ciudades en donde más amigos o conocidos tengas, fortalecerás y ampliarás lazos mientras conoces la ciudad con gente residente.
4. Participa de clubes deportivos, inscríbete en membresías sociales o distintas agrupaciones que compartan tus intereses.

Centralizar datos:

5. Arma una base de datos de todos tus amigos y conocidos con la información que tengas disponible. Aprovecha la tecnología para almacenarlos, usa agendas electrónicas, memoria de celulares y hasta redes sociales en línea como MySpace, MSM o Facebook, las cuales funcionan muy bien como administrador de contactos.
6. Etiqueta tus contactos, por ejemplo, por país de residencia, empresa, universidad, familia, club deportivo.

Mantener contacto:

7. Destina una hora semanal para contactar a tus conocidos, el correo es el medio más práctico. Date media hora para enviar mensajes y otra media hora para responder los de la semana pasada. Aprovecha la fecha de cumpleaños como la mejor oportunidad para retomar comunicación.
8. Separa uno día mensual y un trozo de tu presupuesto para organizar una reunión entre tus amigos que no frecuentes con regularidad. No limites esta iniciativa a tu cumpleaños. Abre las puertas de tu hogar, se buen anfitrión.
9. Averigua de que manera puedes apoyar desde tu posición personal y profesional a tus contactos, indaga si necesitan algo, ofrece todo lo que tengas a disposición. Por ejemplo, ofrece tú casa si vives en otro país, brinda información de tus contactos laborales en el caso que alguien quiera cambiarse de trabajo dentro de tu rubro, etc. Este punto es clave, pues el tejido de una red de contactos descansa en el ofrecimiento y en la ayuda propiamente tal que puedas brindar sin esperar nada a cambio.
10. Presenta gente. Une contactos, tiende puentes entre tus conocidos, colabora fortaleciendo la red de confianza de tus conocidos.

Para finalizar, hay que resaltar que ninguno de estos consejos tiene sentido si no existe algo bastante simple, el genuino interés de querer contactar a alguien. Sino te nace hacer amigos, pues la otra alternativa por descarte es atrincherarse, ahí en donde no podrás ver ni menos ser visto. Socialización vs Aislamiento.

Generación, administración y mantenimiento de la red de apoyo personal. Parte I.


Está demás argumentar la importancia de mantener una sólida red de confianza o de contactos, sin embargo me tomaré un par de párrafos por si aún a alguien le quedan dudas.

Tomando como ejemplo el plano laboral, existen conocidos estudios para la realidad latinoamericana que le otorgan más del 80% como fuente de reclutamiento a los referidos o recomendaciones de conocidos como la principal vía para cubrir cargos ejecutivos. El 20% restante es reclutado por los métodos clásicos como avisos en bolsas de trabajo en línea, universidades y periódicos de gran circulación.

En el resto de ámbitos personales es fácil imaginarse como se facilita la vida al tener amigos muy cercanos en diversos contextos, situaciones o circunstancias fortuitas que de otra manera serían una cuesta empinada.
Es cuestión de hacer volar la imaginación o buscar experiencias del pasado en donde un conocido nos haya dado una mano solidaria desde una posición más favorable a la nuestra. Un amigo odontólogo o abogado penalista, un conocido arquitecto o una ex novia psicólogo infantil, un vecino piloto o militar, un hermano senador o ministro de estado, un sobrino futbolista o simplemente un compañero de oficina informático que nos saque de apuros, todos ellos dentro de un abanico de ejemplos amplios pero limitados a las profesiones y el mundo laboral.

Cimiento base:

La formación de una red de contactos tiene un cimiento que está en la base de la estructura del ser humano que goza de buena salud psicológica, el deseo y necesidad innata de compartir en sociedad, de disfrutar de la compañía hasta embriagarse del placer que producen las relaciones interpersonales duraderas basadas en la confianza, el respeto mutuo y el afecto, en una palabra, amistad.

Cuando una persona no experimenta lo comentado en el párrafo anterior como un reflejo inherente a nuestra especie, estamos probablemente ante un sujeto que por diversos factores psicológicos del pasado no ha desarrollado el ámbito de las emociones y relaciones de manera satisfactoria. Aquí se entra en terreno ajeno al artículo, el de los trastornos de la personalidad o incluso de patologías más complejas.

Es importante saber reconocer esta clase de personas, pues dicho perfil logra construir sus relaciones y red de contactos en base a la manipulación, el arribismo, la envidia camuflada, la hipocresía y la conveniencia, todo estas reflejadas en acciones dirigidas a obtener beneficios futuros por parte de las personas que lo rodean a cambio de nada, o de ceder algo estratégicamente calculado sin lugar a involucrar afectos, casi transaccional, como de trueque.

Como nuestro blog no está orientado hacia los trastornos de la personalidad sino hacia las personas con equilibrio o salud psicológica, nos enfocaremos en el elemento necesario para poder desarrollar una buena red de apoyo y mantenerla durante el paso de nuestras distintas etapas en la vida. Como les comenté anteriormente, este pilar ya nos viene dado y descansa en un noble sentimiento el cual es la satisfacción que nos produce el compartir, el ofrecer y brindar ayuda a nuestros amigos y conocidos sin esperar nada a cambio. Es dicha transparencia y naturalidad de sentimiento que diferencia a un manipulador estratégico de un amigo.

Cuatro grados en la red de contactos.

Dejando a un lado a los familiares directos los cuales son el grupo de apoyo más cercano o en todo caso deberían de serlo, la red de confianza o contactos se empieza a formar a temprana edad y sin ser concientes. Esta primera red de relaciones estaría formada por los compañeros de colegio, infancia y adolescencia, a quienes podríamos identificar como amigos/familia o amigos en primer grado.
Luego, en el transcurso de la vida se van cultivando las amistades de segundo grado con las personas con quienes hemos compartimos circunstancias importantes o periodos significativos, como por ejemplo la intensa vida de educación preuniversitaria, las vivencias académicas o universitarias, los compañeros de las distintas empresas donde trabajamos, el club social, los vecinos, el barrio, etc.
En un tercer nivel se encuentran los conocidos o cercanos a nuestros amigos, los cuales aparecen en circunstancias específicas y a quienes no frecuentamos por razones de familiaridad o cercanía o algo bastante grave, desmotivación.

En parte II. (Disponible la próxima semana)
- Los enemigos de la gestión de una red de contactos. El “no tengo tiempo”, el “ostracismo” y la escasez de empatía.
- Decálogo para la generación, administración y mantenimiento de una red de contactos.

La vigencia de Juan Salvador. Gaviota que ve lejos, vuela alto.


Me preguntan con frecuencia sobre la ágil gaviota que encabeza el blog, y si bien queda claro el simbolismo del ave con la sensación de libertad que produce el vuelo, hay mucho más allá detrás de esa connotación emancipadora.

Juan Salvador Gaviota, fábula escrita en forma de breve novela por el aviador estadounidense Richard Bach, saltó al primer lugar de ventas a pocas semanas del primer tiraje en 1970. Meses después se convertiría en un “best seller” con vigencia actual.

El pequeño libro, el cual puede ser devorado en 30 minutos, es el texto que más he vuelto a leer, sorprendiéndome en cada oportunidad con un nuevo descubrimiento que puede ser aplicable a la vida diaria. Estoy seguro que tendría el mismo efecto si tú lo leyeras y es por ello que te dedico una breve reseña líneas abajo.

Bach escribe esta fábula abordando indirectamente los temas de liderazgo y motivación, el amor propio, la perseverancia, la batalla interior por entregar todo a los proyectos personales, la fuerza de creer y amar al prójimo, el coraje de disfrutar el presente, de coquetear con el azar hasta intentar acariciar nuestros límites con las puntas de las alas, de rozar el firmamento impulsados por las brasas de nuestro espíritu incansable.

Juan Salvador no era más que una gaviota común aburrida de dedicarse a las labores habituales de la bandada, buscar comida y volar con rumbo fijo en una estricta formación. Sin embargo, fue un visionario y pudo identificar que el sentido de su vida iba más allá de aquello y consistía en ir a disfrutar de los placeres del vuelo y explorar los límites de la aerodinámica.

- ¿Por qué Juan, por qué? – preguntaba su madre, ¿por qué te resulta tan difícil ser como el resto de la bandada? ¿por qué no dejas los vuelos rasantes a los pelícanos y albatros? ¿por qué no comes? ¡ya no eres más que hueso y plumas!
- No me importa ser hueso y plumas mamá, solo pretendo saber qué puedo hacer en el aire y que no. Solo deseo saberlo.


Le costó caro a Juan explorar los límites de su naturaleza animal, pronto sería expulsado de su bandaba por intentar realizar piqueros, volar de noche e improvisar formaciones de vuelo. Se convirtió en un exiliado solitario en los “lejanos acantilados”, en donde continuaría con sus descubrimientos.

Juan Salvador nos hace un llamado que excede al de la libertad, nos muestra que la perseverancia en el intento de explorar dentro de uno es un camino válido para conocer nuestras fortalezas y miedos paralizantes. Su mensaje es claro en el sentido que es el conocimiento de uno mismo la mejor vía para entregarse a los demás, así este viaje al interior cueste la incomprensión del resto y una soledad melancólica pero necesaria para crecer.

- Juan Gaviota pasó el resto de sus días solo, pero voló mucho más allá de los lejanos acantilados. Su único pesar no era su soledad, sino que las otras gaviotas se negasen a creer en la gloria que les esperaba al volar, que se negasen a abrir sus ojos y ver.

En la segunda parte del texto, Juan completa el sentido de su vida. Mientras en la primera se dedica a volar en solitario y descubrir aspectos del vuelo que ninguna otra gaviota había intentado antes, luego, llegaría el momento clave de mostrar lo que había aprendido al resto de la bandada, a la cual perdonó por haberlo marginado.

Dentro de su exilio, la soledad llegaría a su fin cuando se inician encuentros con nuevas jóvenes gaviotas, estás habían corrido la misma suerte que él pues eran más de los expulsados de la bandada por rebeldía. Muchas de ellas aprovecharon el destierro y partieron a volar en búsqueda de Juan Salvador quién ya se había convertido en un mito. Junto a él aprendieron nuevas formas de volar, de un momento a otro Juan ya no estaba solo, ahora volaba con rápidos aprendices, pronto llegaría el momento de regresar sin autorización a su bandada.

Aquí radica a mi entender, el mensaje más potente de Juan Gaviota, el resto de su vida lo dedicaría a ser un instructor de vuelo, a mostrar sus propios descubrimientos, a enseñar y retirar vendas, a entregar y derribar paradigmas, a desprenderse de sus conocimientos por el bien común, compartir con el resto, transmitir y entregar amor.

Pues si bien, para algunos la autorrealización consiste en dejar descendencia o terminar una carrera profesional, o servir a Dios o al país, o simplemente formar una familia en un núcleo sólido, cada vez que veo una gaviota rozar con su pecho el océano me recuerda lo que para mi es la autorrealización, simplemente la acción de amar al resto a través de comunicar absolutamente todo lo que sospecho pueda serle útil al prójimo.

Eso inspiró en mi Juan Salvador Gaviota y por ello le regalé la portada del blog. Te invito a que también lo conozcas pues estoy seguro que una vez hecho eso, observar el vuelo de las gaviotas nunca te será lo mismo. Presta atención pues ahí mismo en donde el mar golpea a los peñascos costeros se encuentra él, solitario pero siendo observado por su bandada orgullosa y rebelde, hoy libre.

Juan Salvador Gaviota, Richard Bach, Ediciones B, 2004, Barcelona, España.

Entrada dedicada con afecto a mis amigos Luís Darío Arbulú y Andrea Ugás.