Está demás argumentar la importancia de mantener una sólida red de confianza o de contactos, sin embargo me tomaré un par de párrafos por si aún a alguien le quedan dudas.
Tomando como ejemplo el plano laboral, existen conocidos estudios para la realidad latinoamericana que le otorgan más del 80% como fuente de reclutamiento a los referidos o recomendaciones de conocidos como la principal vía para cubrir cargos ejecutivos. El 20% restante es reclutado por los métodos clásicos como avisos en bolsas de trabajo en línea, universidades y periódicos de gran circulación.
En el resto de ámbitos personales es fácil imaginarse como se facilita la vida al tener amigos muy cercanos en diversos contextos, situaciones o circunstancias fortuitas que de otra manera serían una cuesta empinada.
Es cuestión de hacer volar la imaginación o buscar experiencias del pasado en donde un conocido nos haya dado una mano solidaria desde una posición más favorable a la nuestra. Un amigo odontólogo o abogado penalista, un conocido arquitecto o una ex novia psicólogo infantil, un vecino piloto o militar, un hermano senador o ministro de estado, un sobrino futbolista o simplemente un compañero de oficina informático que nos saque de apuros, todos ellos dentro de un abanico de ejemplos amplios pero limitados a las profesiones y el mundo laboral.
Cimiento base:
La formación de una red de contactos tiene un cimiento que está en la base de la estructura del ser humano que goza de buena salud psicológica, el deseo y necesidad innata de compartir en sociedad, de disfrutar de la compañía hasta embriagarse del placer que producen las relaciones interpersonales duraderas basadas en la confianza, el respeto mutuo y el afecto, en una palabra, amistad.
Cuando una persona no experimenta lo comentado en el párrafo anterior como un reflejo inherente a nuestra especie, estamos probablemente ante un sujeto que por diversos factores psicológicos del pasado no ha desarrollado el ámbito de las emociones y relaciones de manera satisfactoria. Aquí se entra en terreno ajeno al artículo, el de los trastornos de la personalidad o incluso de patologías más complejas.
Es importante saber reconocer esta clase de personas, pues dicho perfil logra construir sus relaciones y red de contactos en base a la manipulación, el arribismo, la envidia camuflada, la hipocresía y la conveniencia, todo estas reflejadas en acciones dirigidas a obtener beneficios futuros por parte de las personas que lo rodean a cambio de nada, o de ceder algo estratégicamente calculado sin lugar a involucrar afectos, casi transaccional, como de trueque.
Como nuestro blog no está orientado hacia los trastornos de la personalidad sino hacia las personas con equilibrio o salud psicológica, nos enfocaremos en el elemento necesario para poder desarrollar una buena red de apoyo y mantenerla durante el paso de nuestras distintas etapas en la vida. Como les comenté anteriormente, este pilar ya nos viene dado y descansa en un noble sentimiento el cual es la satisfacción que nos produce el compartir, el ofrecer y brindar ayuda a nuestros amigos y conocidos sin esperar nada a cambio. Es dicha transparencia y naturalidad de sentimiento que diferencia a un manipulador estratégico de un amigo.
Cuatro grados en la red de contactos.
Dejando a un lado a los familiares directos los cuales son el grupo de apoyo más cercano o en todo caso deberían de serlo, la red de confianza o contactos se empieza a formar a temprana edad y sin ser concientes. Esta primera red de relaciones estaría formada por los compañeros de colegio, infancia y adolescencia, a quienes podríamos identificar como amigos/familia o amigos en primer grado.
Luego, en el transcurso de la vida se van cultivando las amistades de segundo grado con las personas con quienes hemos compartimos circunstancias importantes o periodos significativos, como por ejemplo la intensa vida de educación preuniversitaria, las vivencias académicas o universitarias, los compañeros de las distintas empresas donde trabajamos, el club social, los vecinos, el barrio, etc.
En un tercer nivel se encuentran los conocidos o cercanos a nuestros amigos, los cuales aparecen en circunstancias específicas y a quienes no frecuentamos por razones de familiaridad o cercanía o algo bastante grave, desmotivación.
En parte II. (Disponible la próxima semana)
- Los enemigos de la gestión de una red de contactos. El “no tengo tiempo”, el “ostracismo” y la escasez de empatía.
- Decálogo para la generación, administración y mantenimiento de una red de contactos.
En el resto de ámbitos personales es fácil imaginarse como se facilita la vida al tener amigos muy cercanos en diversos contextos, situaciones o circunstancias fortuitas que de otra manera serían una cuesta empinada.
Es cuestión de hacer volar la imaginación o buscar experiencias del pasado en donde un conocido nos haya dado una mano solidaria desde una posición más favorable a la nuestra. Un amigo odontólogo o abogado penalista, un conocido arquitecto o una ex novia psicólogo infantil, un vecino piloto o militar, un hermano senador o ministro de estado, un sobrino futbolista o simplemente un compañero de oficina informático que nos saque de apuros, todos ellos dentro de un abanico de ejemplos amplios pero limitados a las profesiones y el mundo laboral.
Cimiento base:
La formación de una red de contactos tiene un cimiento que está en la base de la estructura del ser humano que goza de buena salud psicológica, el deseo y necesidad innata de compartir en sociedad, de disfrutar de la compañía hasta embriagarse del placer que producen las relaciones interpersonales duraderas basadas en la confianza, el respeto mutuo y el afecto, en una palabra, amistad.
Cuando una persona no experimenta lo comentado en el párrafo anterior como un reflejo inherente a nuestra especie, estamos probablemente ante un sujeto que por diversos factores psicológicos del pasado no ha desarrollado el ámbito de las emociones y relaciones de manera satisfactoria. Aquí se entra en terreno ajeno al artículo, el de los trastornos de la personalidad o incluso de patologías más complejas.
Es importante saber reconocer esta clase de personas, pues dicho perfil logra construir sus relaciones y red de contactos en base a la manipulación, el arribismo, la envidia camuflada, la hipocresía y la conveniencia, todo estas reflejadas en acciones dirigidas a obtener beneficios futuros por parte de las personas que lo rodean a cambio de nada, o de ceder algo estratégicamente calculado sin lugar a involucrar afectos, casi transaccional, como de trueque.
Como nuestro blog no está orientado hacia los trastornos de la personalidad sino hacia las personas con equilibrio o salud psicológica, nos enfocaremos en el elemento necesario para poder desarrollar una buena red de apoyo y mantenerla durante el paso de nuestras distintas etapas en la vida. Como les comenté anteriormente, este pilar ya nos viene dado y descansa en un noble sentimiento el cual es la satisfacción que nos produce el compartir, el ofrecer y brindar ayuda a nuestros amigos y conocidos sin esperar nada a cambio. Es dicha transparencia y naturalidad de sentimiento que diferencia a un manipulador estratégico de un amigo.
Cuatro grados en la red de contactos.
Dejando a un lado a los familiares directos los cuales son el grupo de apoyo más cercano o en todo caso deberían de serlo, la red de confianza o contactos se empieza a formar a temprana edad y sin ser concientes. Esta primera red de relaciones estaría formada por los compañeros de colegio, infancia y adolescencia, a quienes podríamos identificar como amigos/familia o amigos en primer grado.
Luego, en el transcurso de la vida se van cultivando las amistades de segundo grado con las personas con quienes hemos compartimos circunstancias importantes o periodos significativos, como por ejemplo la intensa vida de educación preuniversitaria, las vivencias académicas o universitarias, los compañeros de las distintas empresas donde trabajamos, el club social, los vecinos, el barrio, etc.
En un tercer nivel se encuentran los conocidos o cercanos a nuestros amigos, los cuales aparecen en circunstancias específicas y a quienes no frecuentamos por razones de familiaridad o cercanía o algo bastante grave, desmotivación.
En parte II. (Disponible la próxima semana)
- Los enemigos de la gestión de una red de contactos. El “no tengo tiempo”, el “ostracismo” y la escasez de empatía.
- Decálogo para la generación, administración y mantenimiento de una red de contactos.
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